Esta es una frase que escucho BIEN seguido y es verdad, no es tan “común” que coman verduras, o a veces comen 2-3 verduras y el resto ni las quieren mirar. Si tus hij@s comen el brócoli sancochado tal cual, qué suerte tienes!!! Hace unos días conversaba con una amiga mía y estaba en este dilema y me pareció interesante hacer un post de esto. Aquí algunos tips que pueden aplicar y de verdad espero que les sirvan.
Personalmente creo que es básico incluir a sus hijos en cualquier actividad relacionada con la comida. Ir de compras con sus hijos y cocinar algo con ellos. Así sea hacer un jugo o un sanguchito. Incluirlos a veces ayuda y pueden descubrir gustos que ni ustedes mismas saben que tienen.
Es importante que se sienten a la mesa con hambre. Si les dieron algo media hora antes, una galletita, un pedazo de pan o hasta algo dulce, esto hará que no tengan tanto apetito y prefieran comer lo que ya les gusta o no comer nada.
Incentívelos a probar alguna verdura. Las verduras no tienen aspectos tan agradables para un niño, por lo que a veces pueden no tener ningún interés en probarlas. OJO: No los obliguen a comer algo porque les puede jugar en contra.
Coman con sus hijos. Si se les complica por los horarios, al menos intenten de comer 1 comida al día con ellos. Si ven que ustedes comen verduras y son su ejemplo puede que prueben aunque sea.
Durante la comida eviten cualquier medio de distracción como ipads, televisión o teléfonos. La idea es que se den cuenta que comen y no que abran la boca como robots.
Cuéntenles los beneficios que puede tener comer verduras. A veces contando cuentos los niños se “enganchan” más y sienten curiosidades. Si les dicen que comiendo verduras van a crecer mucho como sus papás o algún personaje que les guste o cualquier historia que les guste a sus hijos puede que los ayude.
Si están en la onda de no querer verduras “verdes” pueden hacer una crema y que predomine otro color pero ahí aprovechan y le meten apio, espinaca, alcachofa y hacerles una crema de verduras con pasta o quinua y pollo o carne. Si les gustan los jugos, pueden ponerle al jugo de piña un poco de apio y ni se siente!
A veces la manera en cómo les preparamos algo no les puede gustar pero visto de otra manera sí. Por ejemplo, a veces dicen que no les gusta el tomate pero en una salsa roja si les gusta, o no les gusta comer zanahoria sancochada pero en un arroz a la jardinera si la comen siempre y cuando esté cortada chiquitita (eso me pasa con mi hija a veces, en especial con la zanahoria). Cuando hay bastante color en el plato pueden verlo divertido.
Muchas veces los niños pasan por fases en las que cambian de gustos. Hoy les gusta el camote, mañana prefieren la papa, hoy les gusta la espinaca y otro día no la pueden ni ver. Si esto les pasa, entonces intenten cambiando de verdura o dándosela en otra forma de preparación. Si antes podían comer la espinaca en el puré y ya no la quieren comer más así, entonces intenten en una crema, sopa o en un salteado con carne o pollo.
Les recomiendo que cuando les sirvan el plato de comida, incluyan las verduras en el mismo plato y no las vean como algo aparte. Porque puede pasarles que quieran comer lo otro primero y ya se han llenado cuando toca comer las verduras. Deben acostumbrarse que las verduras forman parte del plato que deben comer todos los días.
Mi último consejo es no perder la paciencia. Hay que tener mucha perseverancia.
Ninguna de nosotros nació sabiendo cómo ser mamá y hemos aprendido todo desde cero. Así que no se sientan mal ni se frustren por esto. Poco a poco irán logrando cambios. ¡Mucha Suerte!
Si ustedes tienen otros tips por favor compártanlos y así todas nos ayudamos